“Los supervivientes de los campos de concentración aún recordamos a algunos hombres que visitaban los barracones consolando a los demás y ofreciéndoles su único mendrugo de pan. Quizá no fuesen muchos, pero esos pocos representaban una muestra irrefutable de que al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino para decidir su propio camino.” Viktor Frankl

.

.

domingo, 15 de marzo de 2020

Dale forma a tu reclusión


Acepta la realidad. Por ahora son quince días de confinamiento. Pueden ser más. Pero recuerda que si estás en casa es porque no estás mal. Quince días, o treinta, pasan. Y, poco a poco, la adaptación, todos nosotros y nosotras, retomaremos el curso de nuestra vida. Sea cual sea. Y, años después, esto quedará como un episodio más de nuestra vida. Un episodio donde, lo tenemos claro, estamos haciendo lo correcto. Ahora mismo no sabemos qué pasará, pero por pensar más en ello, o hacer cálculos, no evitaremos nada. Recuerda que sólo podemos controlar lo que está en nuestras manos. No te adelantes, relájate y observa lo que tienes delante.
Planifica. Haz un horario para asegurarte de que eres tú quien controla tu día a día (adaptándote a las circunstancias, pero siempre con un intervalo de acción). En este horario no deben faltar tus prioridades: ejercicio físico, tus seres queridos, aficiones y otras obligaciones. Aunque al principio te cueste, al final mantendrá tu cabeza más centrada, estarás de mejor ánimo y descubrirás cada día.
Información adecuada. Informarse es necesario. Asegúrate de que sean fuentes fiables, y que ayuden (y no lo contrario) a encarar esto. La sobreinformación, sin embargo, mezcla bulos con verdades, aumenta la desinformación y la confusión y, por tanto, la ansiedad. Busca la información estrictamente necesaria y, como mucho, dedícale dos momentos al día. El resto, céntrate en el presente, a lo que tienes, a ti.
Mantén los contactos. Las tecnologías son herramientas y, como tal, se convierten en positivas o negativas según su uso. Aprovecha ahora la gran cantidad de alternativas que pone a nuestra disposición estos días: actividades para los niños y las niñas, conciertos gratuitos on line, cursos… y, sobre todo, mantener el contacto con nuestra gente. Las video llamadas, los chats… posibilitan seguir teniendo nuestras conversaciones y ratos con nuestra familia y amistades.
Creatividad. Haz que estos días sean una oportunidad para descubrir nuevas actividades, hacer tareas retrasadas, pasar verdadero tiempo de calidad con nuestra familia, con nosotros mismos, potenciar el “minuto diferente”, las nuevas ideas y las aficiones tanto tiempo postergadas.
Deporte. Aunque no se pueda salir hay miles de opciones para trabajar nuestra capacidad física que, si no la trabajamos todo este tiempo, se resentirá. Yoga, bicicleta estática, ejercicios sencillos de mantenimiento, abdominales, baile, andadora…
Cuídate y cuida. Mantente activo/a. No dediques todo tu tiempo a algo que no es tu vida real. Haz lo que te digan las autoridades pertinentes si tienes dudas o síntomas, pero el resto del tiempo, vive. Cuida a tus mayores, a tu familia, a ti mismo. Haciendo deporte y, también, trabajando mentalmente, para evitar dejarnos llevar por la ola de ansiedad.
Aprovecha para darle a estos días el significado que tú quieras. De una forma u otra, esto pasará. Tú decides qué haber hecho estos días. Por mucho que cambien las circunstancias, siempre está en nuestras manos qué hacer con ello…