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Tristeza: puedes experimentar síntomas
similares a una depresión post-parto tardía al acercarse el momento de la
vuelta al trabajo. Tampoco es difícil sentirse apenada por haberse distanciado
de la trayectoria profesional tras el embarazo, y alegrarse de un retorno a las
ocupaciones que nos podían hacer sentir realizada, sobre todo ante una
maternidad que aún no “controlamos”.
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Estos
últimos pensamientos, llegar al trabajo como una válvula de escape a la
cotidianidad del bebé, puede hacernos sentir culpabilidad. También el tener que dejarle con cuidadores/as,
después de pasar prácticamente las 24 horas juntos/as, nos puede hacer plantear
si somos lo suficientemente responsables.
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Tras
una temporada alejada de los hábitos laborales, es natural que nos preguntemos
si seremos capaces de seguir realizando las mismas tareas de la manera que lo
hacíamos. Perdemos confianza en nuestras
habilidades, con lo que el retorno nos costará aún más.
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Ansiedad: anticipamos situaciones
negativas (que puede que nunca ocurran) y nos ponemos nerviosas. “Se pondrá a
llorar”, “no saben lo que le pasa”, “no podré seguir el ritmo en la oficina”…
Todos estos sentimientos son
parte de un proceso natural de adaptación a las nuevas circunstancias; poco a
poco te irás desenvolviendo mejor en tu nueva vida. Pero estos simples apuntes
te pueden facilitar su desarrollo:
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Planifica los detalles concretos, antes
incluso del nacimiento del bebé. Piensa en quién o qué se va a responsabilizar
de su cuidado cuando no estés. Infórmate de las posibilidades, la calidad de la
guardería, el tiempo disponible, etc. También es bueno que planees si le vas a
seguir dando pecho una vez que empieces tu rutina laboral. Hay modos, como la
extracción de la leche, flexibilizar horarios o lugares de empleo, etc. Cuando
decidas, con información, qué es lo mejor para ti y tu hijo/a, no pasarás tanto
tiempo confusa o pensando qué hacer. Esto dará seguridad a tu relación familiar
y a tu día a día.
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Habla con tu empresa o encargados/as
para concretar términos de la conciliación del trabajo con la vida familiar. Negocia las posibilidades y,
cuanto antes, llega a un acuerdo que te haga sentir tranquila y con el que
sepas a qué atenerte cuando vuelvas al trabajo. Sólo un 50% de las empleadas se
sienten satisfechas con las medidas de conciliación laboral de su empresa.
Recuerda que los derechos laborales relacionados directamente con la lactancia
se circunscriben al artículo 37.4 del
Estatuto de los Trabajadores y al artículo
138 de la Ley de Procedimiento Laboral.
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No te culpabilices: no mejorará nada, ni en tu
trabajo ni en familia. Lo estás haciendo lo mejor que puedes. Con más tiempo y
experiencia, irás cogiendo las riendas de una situación que no se puede
entorpecer con sentimientos que te impidan disfrutar de ello. Repítete una
realidad: “lo estoy haciendo bien”. Una simple sonrisa o tu vuelta diaria del
trabajo enseñará a tu hijo/a que estáis juntos/as, a pesar de todo. Recuerda
que en la guardería aprenden nuevas habilidades y se preparan en sociedad, y
cuando son cuidados/as por otras personas puede facilitarse su camino a la
autonomía.
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Organiza el tiempo todo lo que puedas, para que no
se te escape lo principal y aprenda la familia a priorizar y repartirse tareas.
Intenta disfrutar de la compañía del bebé cuando esté despierto/a, planificando
las salidas del trabajo y los sueños de tal forma que se haga posible. Reparte
las tareas con tu pareja, siempre que puedas, y aprende a delegar en otros
cuando no tengas capacidad o fuerza. Nadie puede rendir de manera adecuada si
no duerme o descansa. No tengas miedo a pedir ayuda si la necesitas.
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Expresa tu cariño al bebé. Aunque no te
entienda aún, tu sentimiento de afecto le llegará. Cuenta cómo te sientes, si
te ves sobrecargada o necesitas ayuda. Todos/as tenemos nuestros límites y
darnos cuenta de ello evita muchos problemas, de salud, con los demás y en el
trabajo.
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Cuando
estés en el trabajo, intenta centrarte.
Si te quedas más tranquila, llama una vez al día a casa para ver cómo está, deja
todo bien organizado y guárdate un tiempo al volver para disfrutar jugando
juntos/as. Pero el resto de horario laboral esfuérzate en hacerlo lo mejor
posible (sin demasiadas exigencias, sé consciente de que tardarás un tiempo en
rendir como antes). Por tener “la cabeza en casa” o estar preocupada no vas a
conseguir nada, más bien al contrario.
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Si
quieres que todo te salga lo mejor posible, y que tus seres queridos estén lo
más felices que se pueda, cuídate.
Relájate, deja un tiempo para ti, tu descanso o actividades que te gusten. Sólo
así podrás dar lo mejor de ti misma.
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Recuerda
que introducir los cambios gradualmente
facilita las adaptaciones. Acostumbra a tu bebé poco a poco, y desde antes, a
las nuevas rutinas que tendrá que seguir: biberón, alimentación, nuevas
compañías, ausencias de su madre. Ve introduciendo esos cambios progresivamente
y el salto definitivo no será tan brusco. Escoge, si puedes, un día de comienzo
en el trabajo cercano al fin de semana, para hacer la primera semana (la más difícil)
más corta. Si ya se introducen cambios, intenta no hacerlos coincidir con otros
que hagan más compleja la nueva situación. Tú misma ve preparándote a la rutina
laboral acercándote a tu puesto, hablando con los/as encargados/as o
compañeros/as, informándote de las posibles nuevas circunstancias laborales
desde que no estás, etc.
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Ante
todo, sé positiva. Ser positivo
significa ser realista y capaz de disfrutar de nuestro presente y lo que nos
ofrece. Este es uno de los mejores momentos de tu vida; con tiempo y paciencia
estarás orgullosa de todo lo que habrás conseguido. Recuerda que no hay
soluciones perfectas, sino respuestas que funcionan en cada momento; y esto
sólo se aprende con la experiencia.
ANSIEDAD ANTE LA SEPARACIÓN DE
LA MADRE
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POSIBLES CONDUCTAS
PROBLEMÁTICAS DEL BEBÉ
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COMPORTAMIENTOS MATERNOS QUE
AYUDAN
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MENOS DE 8 MESES
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Casi no es consciente
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Rechazo ante la vuelta del
trabajo
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Reforzar vínculos afectivos
(abrazos, sonrisas, charla…)
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8 A 18 M.
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Aumenta
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Agresividad ante la separación,
sueño intranquilo, tristeza…
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Tranquilizar, explicar y
mantener rutinas.
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MÁS DE 18 M.
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Mayor impacto ante la
separación
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Retomar hábitos superados
(hacer pis donde ya no lo hacía, chuparse el dedo, etc.)
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Reforzar vínculos, más tiempo
juntos/as, no nuevos cambios (al menos no bruscamente).
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Ley de conciliación
laboral: http://www.ugtchtj.com/downloads/leydeconciliaciondelavidafamiliarylaboral.pdf
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